Esta es mi propia traducción de uno de mis versos libres escritos en árabe. Se perdieron algunas cosas en la traducción pero creo que el alma del texto está conservado en general.
La última hora del señor M.N.
Puso la última pieza de dominó sobre la mesa
y el juego que juega solo termina
sin ganador, sin perdedor
por la septuagésima vez después de mil.
Devolvió las fichas de dominó a la caja,
apagó la lámpara,
encendió una vela,
y se arrodilló rezando frente al reloj
por la septuagésima vez después de mil,
rogándole que haga retroceder el tren de sus agujas
sólo una hora,
para poder beberse todas las tazas de café
que dejó para enfriar
privadas de interpretar su papel en la vida;
para despedir a un camarada como debe ser,
besar a una amante que ya no lo es,
envolverse en el abrigo áspero de su abuelo,
caminar por la plaza de noche
sin ser perseguido por las sombras de los soldados,
completar un poema que se perdió entre los cuadernos
y sentarse entre las ruinas del café.
Entonces vuelve al reloj
después de que haya pasado la hora,
rompe sus engranajes,
le quita sus agujas
y se apuñala el corazón con ellas,
así su última muerte, y la más gozosa,
será la septuagésima muerte después de mil.